Cuando pensamos en alguien cercano a nosotros, a menudo podemos sentir y algunas veces también influir en los sentimientos y emociones de esta persona. ¿Cómo se puede explicar este hecho? Esta capacidad, conocida por muchos como telepatía, realmente existe y se basa precisamente en esta quinta fuerza  de la naturaleza, que se revela a los humanos en intercambios no verbales. En este contexto hablamos de una mente coherente, que el hombre irradia. Esta mente coherente se basa en energías sincrónicas, que siempre ocurren cuando un puente alfa conecta la mente consciente con las ondas theta y delta, de modo que el ser humano puede usar su mente coherente. Todas las ondas, sin importar la frecuencia con la que se ejecuten, son solo energía. Cuanto más sincrónicas son las energías, mayor es la probabilidad de que una relación pueda funcionar a largo plazo.

Es un hecho, que los seres humanos están influenciados por más que solo procesos bioquímicos. Muchos cambios solo pueden explicarse por el conexión cuántico, que es la base de muchos procesos energéticos-sincrónicos. Se ha demostrado que un ser humano solo puede cambiar los resultados de un experimento por su presencia. En ciencia, este fenómeno se llama el efecto observador. Si solo la presencia de una persona es suficiente para lograr tal cambio, entonces es lógico que dos personas que usan la misma mente coherente se involucren y se atraigan más entre sí, cuando la quinta fuerza influye en su conciencia sincrónica. Muchas formas reconocidas de enseñanza física y meditación, como el Tai Chi, dependen de este poder, aunque la mayoría de las personas no lo saben. Para los humanos, usar este poder también puede ser una ventaja decisiva para encontrar una pareja. Cuando nos damos cuenta del quinto poder, podemos usarlo para encontrar un alma gemela que realmente se adapte a nosotros.